Los servicios de cuidados intensivos ya trabajan "al límite" en Santa Fe


Con más de 21 mil pacientes diagnosticados de gripe A y 34 fallecidos, la red de salud público-privada en Santa Fe ya se encuentra al límite de su capacidad operativa en internaciones críticas. “Es un punto de máxima tensión”, afirmó ayer la viceministra de Salud, Débora Ferrandini, antes de aclarar que, aun así, no existe riesgo de que alguien se quede sin cuidados intensivos porque se están adicionando camas a medida que crece la demanda. Como contrapeso de esa situación (que la gripe A sólo empeoró, porque esta es la época del año en que siempre suben las internaciones críticas), lo que viene en baja son las consultas ambulatorias, que ya cayeron un 40 por ciento.
   Julio es un mes complicado en el que, por las enfermedades invernales, tradicionalmente los centros de salud y las áreas de cuidados intensivos trabajan a destajo.
   Pero este año el panorama se complica más porque la gripe A, considerada a esta altura mayoritariamente como la influenza estacional, recae especialmente en una franja etárea joven: de hecho, en Rosario el segmento más afectado es el que va de los 13 a los 30 años y representa el 40 por ciento de los casos.
   Por eso, este invierno son muchos más los jóvenes que requieren internación y, de ellos, no pocos los que demandan cuidados críticos. En general, “pasan más días en terapia (intensiva) e incluso llegan antes al uso de respirador”, explica Ferrandini.
   Pero que no cunda una alarma innecesaria: la funcionaria aclaró que en toda la provincia “hay capacidad para dar una respuesta dinámica” y resto suficiente como para “redireccionar” camas a usos críticos. Nadie, aseguró, debe temer no encontrar un lugar en cuidados intensivos si los necesita.
   Aun así, admitió que hay un “cierto apremio” en lo que hace a incorporar más “tecnología sanitaria” para esas áreas, como son los respiradores, los saturómetros y los monitores.
   “Si la Nación va a aportar, como prometió, esos insumos, veríamos con mucho agrado que lo hiciera ahora”, advirtió. Porque “ahora”, como se sabe, es el pico de la enfermedad.
   El argumento es que sería más sencillo que el Estado nacional adquiriera a proveedores nacionales o internacionales grandes partidas (cien respiradores, por ejemplo) para aumentar la capacidad operativa de los servicios intensivos, a que lo haga cada provincia por la suya, en menores cantidades.

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