
El canadiense Brian McKeever, quien es legalmente ciego desde los últimos años de su adolescencia, conseguirá cumplir el sueño que tiene hace mucho tiempo y un lugar en los libros de récords cuando represente a su país en los Juegos Olímpicos en Vancouver.
El popular esquiador a campo traviesa será el primer atleta en competir tanto en los Juegos de Invierno y en los Juegos Paralímpicos, y él fervientemente espera inspirar a tantas personas como sea posible, se trate o no de gente con capacidades diferentes.
McKeever ya ha inspirado a sus compañeros de equipo, muchos de los cuales lo ven como a un esquiador sano bendecido con un talento extraordinario.
“Brian es un atleta y una persona destacada. Trabaja realmente duro y nunca habla sobre su discapacidad”, dijo a Reuters la ganadora de la medalla de plata de los Juegos de 2006 Sara Renner en una entrevista telefónica.
“Como compañero de equipo, ni siquiera lo noto (su discapacidad) porque él no acepta más que dar lo mejor de sí. Nada lo detiene. Es una verdadera inspiración para todos nosotros para superar nuestras debilidades y ser optimistas y positivos. Simplemente es un atleta increíble,” agregó Renner.
McKeever, quien padece del mal de Stargardt, obtuvo su lugar en el equipo canadiense para Vancouver al ganar la carrera de 50 kilómetros en Canmore en enero, en una competencia en la que participaron atletas con capacidades diferentes y otros que no tienen problemas físicos.
Ese triunfo es uno de los momentos que más lo enorgullece.
“Esa fue una gran victoria para mi,” dijo McKeever a Reuters por teléfono.
“Fue la primera vez en muchas cosas. Tal vez la más notable fue que en realidad fue mi primera victoria a ese nivel como adulto en Canadá. Tuve algunas buenas carreras de joven, pero me tomó 10 años lograr mi primera victoria en la categoría de adultos, así que estoy bastante orgulloso de eso”, destacó.
“Fueron cuatro años de preparación para ese evento, como por ejemplo dirigir mi entrenamiento a las distancias largas y concentrarme mucho en ello. Y luego hacer que todo salga bien ese día, que es lo más difícil”, dijo McKeever.
McKeever, quien tiene solamente 10 por ciento de visión y la misma está limitada a la periferia, regresará a la Columbia Británica para los Juegos Paralímpicos en marzo. El ya ha ganado siete medallas en Paralímpicos anteriores junto a su hermano mayor Robin, quien hace de guía.
Pero en Vancouver, McKeever no tendrá compañía.
“Echaré de menos a Robin, pero también cuento con un gran equipo del que formo parte y ellos podrán desempeñar ese rol”, dijo McKeever.
“La mayoría de mis carreras son pruebas de largadas masivas y podré seguir a otras personas en esos certámenes. Así que habrá muchos guías, uno tiene que ser consciente de que no están corriendo contigo, sino que están tratando de vencerte”, agregó.
La prueba favorita de McKeever es la clásica carrera de 50 kilómetros, pero también le gustaría competir en la persecución de 30 kilómetros en el Parque Olímpico Whistler.
El no siente una presión extra para tener un buen desempeño en los Juegos simplemente por estar por realizar un único doblete de Juegos de Invierno y Paralímpicos.
“Otras personas harán de eso un problema. Que esto sea significativo o no dependerá del tratamiento que le den los medios y el público”, dijo el atleta.
“Lo que para mi es significativo es que he conseguido un objetivo que me propuse hace mucho tiempo y que seguí todos los pasos que me llevaron a él”, destacó McKeever.
Cuando se le pidió que describiera lo que podía y lo que no podía ver, McKeever respondió: “Mi visión es muy similar a como quedan los ojos después de estar expuestos a una luz muy brillante y experimentas esa ceguera inmediatamente después”.
“Afortunadamente para mi, establecer relaciones espaciales como moverme en una pista de esquí implica una visión periférica. La visión central está más limitada al reconocimiento de detalles, colores, rostros de personas y cosas por el estilo”, dijo McKeever.
El deportista dejó en claro las diferencias.
“Si me pides que lea algo, soy bastante inútil, y no puedo estar seguro de quién está junto a mi cuando paso esquiando”, destacó.
“Ahora, como esquiador de campo traviesa, siempre digo que si puedo permanecer en la parte blanca entre las cosas verdes, estaré bastante a salvo, y puedo hacer eso bien”, agregó McKeever, quien fue declarado legalmente ciego antes de cumplir 20 años. (Reuters)
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